sábado, 26 de junio de 2010

De las Curiosidades del Sexo.


El enemigo más conocido de los vampiros es, indudablemente, el ajo. Curiosamente, la tradición del uso de ajo en contra de los vampiros tiene un carácter intensamente sexual. Volvemos a explicarnos (o a intentarlo):

Las primeras menciones al ajo como remedio anti-vampiros datan de la edad media. Se colocaban en puertas y ventanas, es decir, en aquellos lugares por los cuales se espera una intrusión en el hogar. Ahora bien, el ajo no podía ser colocado arbitrariamente: la tarea era ejercida por la mujer fértil más anciana del hogar (la cual, generalmente, no superaba los 35 años) durante el período de menstruación.

Hoy sabemos que cuando varias mujeres fértiles conviven en el mismo hogar, sus ciclos menstruales tienden a unificarse, es decir, con el tiempo, comienzan a sincronizar sus períodos unas con otras; razón por la cual, hoy podemos entender que la utilización del ajo tenía como finalidad aplacar el aroma femenino, el cual; según una doble lectura del mito, actuaba como una especie de afrodisíaco irresistible para los vampiros, o para aquellos que se hacían pasar por vampiros.

Ya hemos tocado, en nuestro olvidable Razas de Vampiros, muchos de los símbolos sexuales asociados al vampirismo, por lo que preferimos no caer una redundancia descarada. Razón por la cual, daremos cuenta de algunas referencias curiosas dentro de ese vasto e inestimable corpus llamado La Rama Dorada:

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